sábado, 25 de abril de 2015

Cuarentena

Combatir la epidemia del destino,
olvidar que he olvidado demasiado,
fabricar más futuro que pasado,
que comulguen mi rueda y tu molino.

Señalar con miguitas el camino,
escapar del camino señalado,
descubrir tu latido en mi costado,
que conviertan tus labios mi agua en vino.

Tan lejos está todo de mi ombligo
que planto girasoles en la luna
que llenen de imposibles mi alacena.

Entre tanto, no hay otra, sumo y sigo
sin saber si hay antídoto o vacuna
del virus que me tiene en cuarentena.

1 comentario:

Fina Tizón dijo...

Excelente soneto que comulga con esa fuerza que aflora de cada uno, aunque de forma distinta, y nos permite avanzar en el camino.
Abrazo Ismael
Fina