Nos empujan hacia una vida inerte,
sin más plan de futuro que un mañana
sin ojos ni garganta y sin ventana
que deje entrar el virus de la suerte,
tener ideas propias nos convierte
en gusanos que pudren la manzana,
no besan las princesas a la rana
y cada día es un combate a muerte.
Cambiar es intentar ser uno mismo,
enseñar a las bocas a besarse,
preferir el recuerdo a los baúles,
sublevarse ante tanto sectarismo,
huír de la rutina y entregarse
al amparo de los vientos azules.
1 comentario:
Muhísimas gracias Ismael por este hermoso poema, me ha encantado. Cuídate y un fuerte abrazo.
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