sábado, 19 de febrero de 2011

El espejo del baño I

Podría,
no sé, dejar el tabaco,
no es difícil,
lo he dejado muchas veces,
o tal vez volver
a confiar en las personas,
(ésto ya es más complicado).
Podría también
mirar para otros lados
y dejar de autoinculparme
por ser yo,
aferrarme a lo que tengo y no
ser tan negativo,
al fin y al cabo
cinco millones de pares de ojos
son muchos para repartir la rabia.
Podría,
por qué no,
enviarle de una vez a Noe
mi poemario,
y hacer un poco más
de caso a todos
y hacerme menos caso a mí.
Podría dedicarme, si me dejan,
todo el año a reinventarme,
a limpiar de pintadas las paredes,
a cambiar las bombillas fundidas,
a no esperar
que acabe de llover.
Y podría también
(no es impensable),
aprender a girar
según el viento
de una vez.

2 comentarios:

avillarin7 dijo...

Dejar de fumar y confiar repetidamente en las personas es creo igual de difícil...

Con los espejos ya se sabe..

Aurora dijo...

Todo me parece estupendo, ahora, "aprender a girar según el viento..." ¡Ni se te ocurra! Eso ni hablar.
Me alegra volver a leerte.
Feliz finde. Saludos.