sábado, 30 de octubre de 2010

Pronto hará siete años que se rompió un espejo

Entre la ilusión y la indiferencia
transitó su vida,
cada vez que pintaba
de verde su esperanza,
el sinsentido le daba dos capas.
Renunció a aceptar como axioma
el pienso luego existo,
prefirió girar por donde asoma
el soy porque te necesito,
y aceptó como única creencia
un breve cuerpo de mujer tendido
sobre su cuerpo en cruz.
Cuando por fin otro corazón
distinto al suyo latió en su pecho
estranguló el azar su cuello
contra el volante de un coche
y una hora más tarde
con ella agarrada todavía a su mano
dentro de un infierno
de tubos y sirenas
decidió que la vida le estorbaba.

Ojalá que tardemos
mucho tiempo en vernos,
y se fué
dejando medio amor en la ambulancia,
a finales de octubre
de aquel año
que tuvo dos inviernos.

2 comentarios:

Noemí Trujillo dijo...

estremecedor
cada vez lo haces mejor

Micaela dijo...

Precioso poema Ismael... El final me ha encantado. Cuídate mucho y un abrazo.