Algunas veces
(cuando la noche se derrite por mi espalda
y me canso
de colgar los ojos en el techo)
consciente de que duermo aún peor de cómo sueño,
salgo al balcón
a barajar estrellas.
Suelen visitarme ideas raras
cuando os miro al cielo y a ti,
ahí dormida,
pero anoche,
justo antes de que la luna
se mudara
a otro poeta,
decidí que estaría bien
hacer
un mapa
para que nunca un beso
se confunda
de camino,
entre mi nuez
y tu ruido.
1 comentario:
Ya he regresado, sólo estuvimos 12 días. Poco a poco me pondré al día con vuestros blogs.
Gracias por seguir leyendo mis cosas.
Ojalá y el beso nunca se confunda de camino. Una extraña, hermosa y original forma de romanticismo, a la q aportas bellas imágenes.
Feliz fin de semana.
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