sábado, 8 de noviembre de 2014

Segunda persona del singular

Detrás de la ventana la tormenta
deja una estela gris
de nubes que se arrastran por el cielo.
Un mar que no es  tan azul,
un no soy yo que eres tú,
un quiero pero no puedo.
Un incendio que no quema,
un atraco sin botín,
una guitarra sin do.
Y más ranas que princesas,
un recuerdo sin baúl
y unos sueños con pereza.
Un final que no comienza,
una flaqueza sin fuerzas
ni lágrimas de estación.

Y al otro lado
                      tú,
esencia pura.
           
                 Tú.
      

7 comentarios:

De barro y luz dijo...

Cuando los pronombres divergen terminan en paisaje gris sin nosotros.


Abzo

Fina Tizón dijo...

Un buen final de poema para ensalzar al amor.
Otra cosa es lo que hay tras la ventana donde casi siempre existen mil colores que se confunden....

Abrazo, Ismael

Fina

fany sinrimas dijo...

Todo emborronado, o dando la espalda.Nada tiene lo que se espera encontrar. Ni el mar es azul, ni la rana es princesa, ni el fuego quema... Es como si entre el tú y el yo todo se hubiera desnaturalizado y perdido la fantasía.

Me gustó, Ismael.
Saludos amistosos.

Mª Carmen dijo...

Buen poema, muy intereante todo lo que puede ocurrir tras una ventana cuando la nostalgia nos inunda. Muy bonito . Besitosss.

taty dijo...

Un atraco sin botín. Para mí esa imagen lo dice todo: lo que se arriesga y lo que se consigue.

Abrazos.

Solaire Requena dijo...

Grande inspiración
Un beso grande :)
Adore!!

Anónimo dijo...

Precioso puente tus palabras que nos llevan a ese lado donde los sueños se cuelan por la ventana del alma…allí donde yace la esencia de ese ser que vive, siente, y ama…

Bello poema…

Un placer visitarte! ;-)

Muackss!